Por JOAQUÍN SÁNCHEZ SÁNCHEZ / Ya no estamos en campaña; es momento de decir lo que de verdad pensamos: Jesús Aguirre, portavoz del PP en el Senado. Cuando David Cameron ganó la elecciones en Inglaterra y empezó inmediatamente a aprobar leyes que conllevaban tremendos recortes, en contra de lo anunciado en su campaña electoral, fue preguntado en una rueda de prensa si lo que estaba aplicando lo tenía pensado antes de ganar las elecciones, el cual respondió que sí y ante la pregunta de que por qué no lo había dicho antes, Cameron respondió, sin ningún atisbo de incomodidad, que si hubiera dicho lo que realmente iba a hacer cuando llegara al gobierno, no hubiera ganado las elecciones.

Tanto Jesús Aguirre como David Cameron reconocen que han mentido en la campaña electoral prometiendo cosas que agradan al oído del votante, pero una vez llegado al poder por los votos, hacen todo lo contrario. Y, ¿esto es una verdadera democracia? De vez en cuando se reconoce que las medidas impopulares son impuestas por instancias europeas, que en la actualidad son la expresión de un capitalismo salvaje. Entonces, ¿qué votamos? ¿Caras, programas, campañas de publicidad…? Hay que reconocer que la democracia después de varios años de ´enfermedad´ causada por el cáncer de la avaricia, la codicia, la indiferencia y apatía social y la corrupción política, ha sido maniatada, secuestrada por los poderes fácticos, acaparados en las grandes fortunas, por ejemplo hay 16 personas que poseen fortunas cercanas a 60.000 millones. Nuestra democracia ha ido perdiendo calidad democrática, sustituyéndose la libertad y la igualdad, por la ambición del dinero.

Quienes están sufriendo el quebranto de las democracias en nuestro contexto europeo son los empobrecidos de aquí y del Tercer Mundo, discapacitados, enfermos físicos y mentales, dependientes, parados, empleados públicos y gente sencilla que le cuesta horrores llegar a fin de mes o no llega. ¿Cómo es posible que nuestras democracias, que tienen la misión de defender al pueblo que representan, se conviertan en instrumentos al servicio de la dictadura de los mercados? Esto no sería posible si los políticos, esos que ganan elecciones, no se ponen al servicio de los que acumulan los grandes capitales. Estamos cansados, hartos y enrabietados de ver cómo los presidentes de nuestros gobiernos se arrodillan ante los presidentes de las grandes compañías ubicadas en el IBEX-35 y se pliegan a sus deseos de transformar nuestra querida España, en un espacio meramente mercantil. Sólo les interesa su dinero, dinero y dinero. Estos presidentes son los que acompañan al rey, a los presidentes de gobierno y a los ministros en sus viajes exteriores. Muchos de ellos tienen grandes capitales en los paraísos fiscales. Delincuencia de alto copete.

Sentimos que la democracia haya sido usurpada y traicionada por gente que se está forrando a base de bien y, sobre todo, de empobrecer a los más pobres y destruir la clase media, beneficiándose ellos mismos y a sus amos. Sentimos que la clase trabajadora y la gente en general no se movilice e, incluso, que muchos obreros y obreras piensen que la solución es apoyar opciones políticas que van claramente contra la clase trabajadora. Esto no sería posible si no contaran con la mentira y la manipulación mediática. Nos duele mucho ver cómo utilizan los resortes de la democracia para amenazar, chantajear y reprimir a todos aquellos que están luchando por que la democracia sea lo que dice el artículo 1 punto 2 de la Constitución: «La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emana los poderes del Estado». O sea, que no reside en los mercados, en la bolsa, en lo que diga la prima de riesgo, que se llama Angela Merkel, en los grandes empresarios, en los que no quieren los servicios públicos. Hay que agradecer sinceramente a todos aquellos que de alguna manera han luchado y siguen por cambiar el destino de la democracia e intentar hacerla revivir con dosis diaria de compromiso, de inconformismo y de querer que todo el mundo, sin excluir a nadie, tenga un futuro digno.

Con el quebranto de la democracia, se ha quebrantado la dignidad humana. Sabemos que la gente mala va a intentar convencernos de que no se puede hacer nada y que esto es lo mejor para nosotros; es decir, para que seamos libres nos quitan la libertad, para que tengamos un futuro nos dejan sin presente ni futuro y además nos reprochan nuestro pasado: -«Habéis vivido por encima de vuestras posibilidades» (esto lo dicen los que viven de la mentira, la corrupción, la ilegalidad y nos roban por encima de nuestras posibilidades). El problema es que hay muchas buenas personas que se lo creen. Habrá un día, un nuevo día, que de la libertad y la justicia renazca el cielo nuevo y una tierra nueva. Seguiremos alzando nuestras voces y nuestras manos. Y, como se ha dicho desde el 15 M, ellos no nos dejarán soñar, pero nosotros no les dejaremos dormir.