Imagen tomada de talleresliterariosvalencia.com

Por JUAN GARCÍA CASELLES / Vivo en Valencia y no soy el único que está harto del PP y de Rita Barberá, como cualquiera puede comprender, así que hemos decidido ponernos a luchar contra el ninguneo y la explotación que contra nosotros ejerce el Ayuntamiento de Valencia, que nos cobra el IBI y todas las tasas y martingalas que se le ocurren y a cambio vacía a veces los contenedores de la basura, enciende las luces cuando se le ocurre y nos limpia algo la calle cada cuatro meses o más, salvo que llueva, en cuyo caso empieza a contar el plazo a partir del día en que llueve, cosa que por lo demás ocurre más bien poco desde que mandan los peperos, lo que nos hace suponer que la Virgen de los Desamparados está hasta el pirri de los impresentables jerifaltes estos que nos gobiernan y nos hace pagar el pato con esta sequía interminable.

Bueno, como os decía, nos hemos reunido democráticamente, muy democráticamente, los vecinos de la finca y hemos acordado, previa la democrática votación pertinente, independizarnos del Ayuntamiento de Valencia.

Como una comunidad de propietarios no tiene facultades para eso, según la ley (que nosotros somos gente de orden y actuamos siempre dentro de la legalidad), hemos empezado por constituirnos en nación y para ello nos hemos fijado en nuestro hecho diferencial (que parece que es la clave del asunto este de las naciones) porque aparte de nuestra historia (que se va a encargar de escribir un buen escribano) disponemos del hecho diferencial de ser los únicos y verdaderos vecinos del edificio en que vivimos, lo que nos hace inconfundibles y deferentes de cualquier otro vecino de Valencia.

Una vez constituidos en Comunidad nacional de vecinos, de lo que se ha levantado la correspondiente acta notarial, hemos convocado un referéndum para aprobar el acta de independencia del Ayuntamiento valenciano, que resultó aprobada con más del 76% de los votos, todo ello con las correspondientes garantías democráticas, de cuya acta, con arreglo al más escrupuloso cumplimiento de la ley, expediremos certificado a fin de efectuar la adecuada notificación a los poderes locales, estatales y transnacionales.

Y, digo yo, si hemos dejado que el pueblo se exprese en su auténtica y libérrima voluntad, si todo se ha hecho en democracia, ¿será Rita capaz de no darnos la razón?

NOTA: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia y se debe, bien a los desbordantes y febriles desvaríos del autor, bien, quizá, a vuestra perversa interpretación de los hechos.