Vivir y practicar la misericordia
Alabemos, con el salmo 145 a Dios, un Dios que nos muestra su fidelidad en la atención que da a los oprimidos, hambrientos, cautivos, ciegos
Alabemos, con el salmo 145 a Dios, un Dios que nos muestra su fidelidad en la atención que da a los oprimidos, hambrientos, cautivos, ciegos
¿Qué bienes me ha encargado Dios administrar? ¿Para quién los administro? ¿Para mí, para Dios, para el necesitado? ¿Y con qué criterios?
Sigamos a Jesús, superemos miedos y comodidades, y aún sin saber a dónde nos lleva, no dudemos en seguirle.
A esta fiesta en la que estamos invitados participan las personas excluidas, las que no cuentan, las verdaderas preferidas por Jesús