Ilustración de Magritte. The Man In The Bowler Hat

Por JUAN GARCÍA CASELLES / Es bien sabido que los mercados no tienen rostro, ni nombre, ni apellidos, ni mote, ni seudónimo, ni alias, ni nada que permita conocer sus verdaderos protagonistas, aunque las buenas gentes de a pié suelen calificarlos con palabros e interjecciones que no pueden reproducirse en un texto bien educado, como es el caso. Pero ocurre a veces que una parte del velo sagrado que cubre sus vergüenzas se desgarra por algún descuido y podemos entrever algo de lo que hay, que, por lo demás, era previsible.

Hace unos días, con el pedagógico fin de demostrar lo mal que anda esta España de Rajoy and Company, se nos informó que los capitales extranjeros huían de ella como de la peste y que de la deuda soberana solo el 34% estaba en manos de extranjeros. Y lo decían como algo realmente grave, no por nada, sino por acojonar todavía algo más al personal y que pase por todo y trague lo que le echen.

Bueno, pues ya sabemos algo, y es que las dos terceras partes de la deuda del estado español está en manos de españoles. Naturalmente, ni a los parados de larga duración ni a los del plan Prepara les da para estos lujos, por lo que hay que suponer que los felices propietarios de la deuda soberana serán los de siempre, o sea, la gran burguesía española, representada por los bancos, y dentro de ellos, los más gordos, o sea, el Santander, el BBVA y la Caixa.

Los tales bancos disfrutan del momio del siglo, que consiste en que el BCE (Banco Central Europeo), hecho con capital público, les presta a los bancos españoles el dinero al 1 por ciento y estos invierten estos dinerillos prestándoselo al estado español (eso sí, por puro patriotismo) en forma de compra la deuda española por la que reciben intereses que oscilan entre el 3 y el 7 por ciento, según los casos. ¿Para qué van a molestarse en prestar dinero a las empresas o a las familias si tienen en las manos un tan buen negocio sin ningún riesgo?

Y, ya de paso, ¿os imagináis quiénes pueden ser los que especulan en contra de España en lo de la prima de riesgo?

Claro que, a lo mejor, todo esto son suposiciones mías sin ningún fundamento y los bancos son inocentes como palomas. Pero me da que no.