Por JUAN GARCÍA CASELLES / En un interesante artículo de mi admirado Viçenc Navarro sobre el reto de las izquierdas en Catalunya y en España habla, en relación con la acción de la izquierda en Cataluña y en España, del “hartazgo nacional en Catalunya (frente a las derechas españolas)”, lo que es perfectamente comprensible. Pero ignora (creo que no deliberadamente) el hartazgo que el resto de los españoles sufre por las continuas exigencias de la derecha catalana que suelen sonar a aquello de o me dais más dinero o me voy, como es evidente en el caso del señor Mas.

Pero lo que hay en el fondo del problema de la izquierda en Cataluña, en España y en el mundo entero es el de la tensión entre la preferencia por hacer justicia a los pobres y oprimidos y la pertenencia a la sociedad concreta en la que se vive. O lo que es lo mismo, entre la revolución y la patria.

Cogidos en la disyuntiva entre el sentimiento de pertenencia (patriotismo, nacionalismo, o lo que sea) y la liberación de los oprimidos, los izquierdistas no salen del lío y terminan quemándose o desapareciendo.

Por eso, no se trata de saber quién está más harto, o de quién tiene más razón, sino de entender que el problema está lastrado, en primer lugar, por el racionalismo tan propio de la izquierda, a la que le cuesta mucho admitir que la parte más importante de la ideología, de los valores y de las acciones humanas tienen su procedencia en el
subconsciente, como es el caso de la pertenencia de grupo, a la horda, a la nación, a la patria.

Nuestro nacionalismo, el de cada uno (no el de los demás), es el que nos nubla nuestra particular visión del mundo. Nadie está ajeno a este condicionamiento.

En segundo lugar está el respeto a los derechos humanos, que por mucho que alguien se empeñe, no son todos iguales. Resulta imprescindible establecer una cierta prelación de los derechos.Porque ¿qué es más importante, el derecho a la propiedad de cualquier persona o el derecho de propiedad de unos pocos? ¿El derecho a comer
de los sudaneses del Sur o el derecho a la libertad de los americanos del Norte? Y volviendo a nuestro caso ¿el derecho a la autodeterminación de los pueblos o el derecho a la justicia social para los pobres, para todos los pobres?