http://fetralpi.blogspot.com.es/

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Por JOAQUÍN SÁNCHEZ / Llevamos ya varios años de tremendos recortes con la única finalidad de pagar a los bancos alemanes su gran avaricia por dar dinero a muchos bancos del sur de Europa con el fin de aumentar las ganancias de los accionistas alemanes. Dicen que los alemanes son muy listos y trabajadores y que los del sur europeo somos gandules y vividores y nos gastamos el dinero que no tenemos. Entonces, ¿por qué los bancos alemanes prestaron dinero a los bancos de esos países cuyos ciudadanos somos gandules, vividores y despilfarradores? En el año 2009 los bancos alemanes tenían activos tóxicos por un importe de 900.000 millones de euros. Han forjado el mito de la Gran Alemania, mito que los mismos españoles tenemos asumido, diciendo lo buenos que son ellos y lo malo que somos nosotros. Entonces, ¿por qué quieren trabajadores cualificados españoles? Han logrado que los mismos españoles nos autodespreciemos.

Los que dicen ser nuestros representantes, en vez de defender a su ciudadanía prefirieron convertirse en representantes de los intereses financieros de la Europa del Norte. Por eso, el gobierno de Zapatero, con el apoyo del PP, cambiaron nuestra Constitución con el objetivo de priorizar el pago de la deuda privada, convertida en pública, por encima de los derechos sociales y laborales. Pisotearon nuestra Constitución, que hasta ese momento era irreformable y la cambiaron en tan solo tres días para decirle a Merkel, que representa los intereses de la banca alemana que no tiene corazón como cualquier banca, que nuestra nación aceptaba la rendición y la obediencia y en caso de protestas sociales no hacía falta que mandaran policías alemanes, que para eso estaban ya los nuestros. Nuestros gobiernos, tanto el de Zapatero como el de Rajoy, están alemanizados, es decir, son sumisos al imperio alemán con todo lo que representa, lo mismo que ocurrió con el imperio francés de Bonaparte que fueron unos afrancesados muchos políticos de la época, ahora les toca ser alemanizados. Zapatero y Rajoy han traicionado a nuestra gente, condenándola a un horizonte de pobreza y miseria, que ya viven millones de españoles y españolas. Evidentemente, ellos y sus familias y sus amigos tienen asegurados su bienestar económico.

Simultáneamente a esto, la mentira, la manipulación y el miedo han hecho que muchas personas afectadas por estos recortes, que llevan implícitos el paro y la precariedad, se queden paralizadas y su única esperanza es que no me toque a mí o que se arregle en poco tiempo. Se posicionan en la buena o mala suerte, se trata de meter la cabeza bajo tierra esperando que pase. Como decía José Luis Sampedro, el miedo es el arma más poderosa, porque te convencen de que si no aceptas esto sería peor, con lo cual al final estás contento porque te dejan respirar, aunque viva sin dignidad y sin vida.

Se trata de hacer una sociedad dura, insoportable humanamente, que la gente se quede en un estado de parálisis social permanente, que sería la doctrina del shock de Naomi Klein. Los Estados políticos, que ya no tienen capacidad de ejercer la soberanía nacional, tienen la función encomendada desde Berlín y Bruselas de no ceder ni un ápice a las luchas sociales desde los movimientos ciudadanos, que reclaman algo tan elemental como poder vivir con decencia y estabilidad, para que al final se arroje la toalla y se diga, como se dice en un sector amplio, que no se puede conseguir nada y que para qué movilizarnos, sobre todo teniendo en cuenta las miles de manifestaciones y acciones realizadas, que expresan claramente lo que la gente por lo menos no quiere. La respuesta de los gobiernos siempre es la misma: respetamos el derecho a las manifestaciones, pero vamos a seguir por la misma senda, no hay otro camino. Se puede traducir como vamos a seguir enriqueciendo a los ya enriquecidos y empobreciendo a los ya empobrecidos.

La lucha social debe seguir, aunque somos conscientes de que hay gente que se queda por el camino, sin obviar que hay que otra que se incorpora. Los financieros con los políticos cómplices han decidido nuestro futuro, que no es otra cosa que el paro, la precariedad y no poder cubrir las necesidades básicas de las personas y familias. Evidentemente, no van a decir lo que nos han planificado verdaderamente, aunque nos distraigan con la prima de riesgo y ante esto no cabe otro cosa que seguir luchando, buscando nuevas estrategias, que supongan más coordinación y organización, con la intención de que cada vez hay más gente en lucha con decisión, para decirles que nuestra vida es importante, cualquier vida, que sólo la vivimos una vez y por tanto, tenemos el derecho a vivirla. Por eso, de norte a sur, de este a oeste. la lucha continúa.