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Por JUAN GARCÍA CASELLES / García-Margallo, nuestro ministro de Asuntos Exteriores, aparte de cabrear un día sí y otro también a los venezolanos, ha visitado USA y se ha visto con el Secretario de Estado. Comenta el caso La Razón : “El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, dio hoy un espaldarazo a las decisiones económicas adoptadas por el Gobierno de España, mientras que el ministro de Exteriores español, José Manuel García-Margallo, ofreció apoyo a Washington en las negociaciones para el tratado comercial con la UE. Después del primer encuentro bilateral entre ambos en el Departamento de Estado, Kerry dijo ser «consciente del desafío y las difíciles decisiones» que el Gobierno de Mariano Rajoy «ha tenido que tomar para volver a encarrilar la economía» española.” 

Es decir, dijo lo mismo que cualquier otro palafrenero del capital, que sueltan lugares comunes y frases manidas como si fueran ametralladoras de la palabra. La pregunta es: Si tan buenas son las medidas españolas ¿por qué cojones Obama hace lo contrario?

Porque resulta, según El País, que “Estados Unidos apuesta por el estímulo para plantar cara a la crisis y la Reserva Federal decide mantener intacta la estrategia monetaria y se reserva elevar la compra de deuda pública e hipotecaria en función de la economía”. Si alguno piensa que el Obama o el Kerry están de la cabeza o son unos
hipócritas que dicen una cosa y hacen la contraria, se equivoca.

Lo que pasa es que, dándole vueltas a la cosa, viene uno a caer en la cuenta de que la política del Gobierno español, es pésima de solemnidad para los españoles, pero resulta ser muy beneficiosa para las multinacionales americanas radicadas en España, que han visto como sus costes laborales bajaban a toda mecha, además de tener un trato fiscal privilegiado, mientras que mantienen sus mercados mundiales intactos y así ven crecer sus beneficios que da gloria, no como les pasa a la mayoría de las empresas españolas, que tienen menores costes pero que no venden un duro y pierden dinero como leones, porque los compradores de sus productos son unos españolitos depauperados, así que nuestros burgueses se ven obligados a cerrar uno tras otro sus negocios, incrementado el paro con una dedicación y un esfuerzo que quizá mereciera el Nobel del desempleo.

Por eso tanto los mercados internacionales (controlados por gran capital) como las empresas de calificación o rating (controladas por el mismo) están de acuerdo con Rajoy, lo mismo que el conjunto de las multinacionales europeas. Y, de paso, recordemos que el mismo Obama, el que se niega a aplicar esa política para los USA, no dudó en presionar a Zapatero para que la pusiera en marcha contra sus propios conciudadanos.