Joaquín Sánchez, durante la ocupación de la oficina principal del BBVA en Murcia.

Joaquín Sánchez, durante la ocupación de la oficina principal del BBVA en Murcia.

Por JOAQUÍN SÁNCHEZ SÁNCHEZ / El miércoles 17 de diciembre ocupamos la entidad bancaria del BBVA en la Avenida de la Libertad en Murcia con el objetivo de conseguir que 15 familias lograran diversas soluciones a su angustiosa situación que pasaba según los casos por la dación en pago, la condonación de deuda y el alquiler social. ¿Por qué se ocupó? Porque esta entidad no ha negociado, ha impuesto su voluntad codiciosa, y su respuesta es siempre no y no y no, por ejemplo, a una familia que ha solicitado en cuatro ocasiones la dación en pago, la respuesta del BBVA ha sido el no. Ante esto, sólo cabe visualizar el problema, donde los propios afectados son los que se lanzan a esta acción apoyados por todos los activistas sociales que estamos en la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Esta entidad, como cualquier otra, sigue mostrando que no tienen alma, que no les interesan las personas, que los tratan como meros números y cuentas de resultados, y en todo momento se manifiestan desde una soberbia, orgullo y arrogancia insultante para esas familias destrozadas que piden que se les ayude para poder reiniciar sus vidas y salir de esta pesadilla.

Quedamos detrás de El Cortés Inglés a las 10 de la mañana y sobre las 10,30 estábamos entrando en la sucursal aproximadamente unas 80 personas con nuestros gritos de “Sí se puede”, “Nosotros no embargamos”, “arriba, arriba, arriba ni un desahucio más”… Salió en ese momento el director a hablar con nosotros y a preguntarnos qué queríamos y nosotros les dijimos que soluciones ya para estas familias que no pueden más y que el paso del tiempo lo están destrozando. Nos dijo que le diéramos un listado de la gente y que ya les avisarían, era la respuesta que siempre dan cuando hemos ocupado la entidad, pero era la cuarta vez que íbamos y ya no admitíamos más demora intencionada y que lo único que provoca es que la gente se aburra y deje de luchar. Le dijimos que íbamos a permanecer en el banco hasta que se diera una respuesta positiva que sacara a estas familias de este sufrimiento, ese banco que patrocina la liga de fútbol. La respuesta tanto del director como otra persona que llegó posteriormente es que no se iba a dar ninguna respuesta y que las familias que habían recibido el no, ésa era la respuesta definitiva. Por tanto, nos quedamos en el banco hasta que produjera un cambio de posicionamiento de la entidad, que no se dio.

Nosotros pusimos nuestras pegatinas que decían “No somos mercancía en manos de los banqueros y sus políticos cómplices”, ”Contra el secuestro de la democracia. Por un rescate ciudadano”, “Banqueros y políticos cómplices ¿Cuánto dolor y cuántas muertes necesitáis más para saciar vuestra codicia?”, “En el nombre de Dios Basta ya de desahuciar a las familias” y una pegatina con un dibujo que aparece las estrellas de la Unión europea que sale una cadena que esclaviza a una persona. Los textos reflejan la cruda realidad, el sistema financiero que ha causado esta crisis económica se beneficia de esta crisis para que los propios banqueros y los accionistas se sigan enriqueciendo, empobreciendo a la gente, con lo cual las familias no pueden pagar sus hipotecas y los echan de sus casas para seguir haciendo negocio. Una cosa que me llamó personalmente la atención, es que había puesto un belén. ¡Qué hipocresía! ¡Qué fariseísmo! Una entidad que destroza familias y hunde a personas en su dignidad pone un belén que representa el nacimiento de Jesús de Nazaret, un Jesús que luchó por la justicia, la libertad, la fraternidad, la solidaridad, la reconciliación y que dijo que nos teníamos que perdonar nuestra deudas como aparece en el padrenuestro y que la iglesia cambio deudas por ofensas. ¿Tendrá que ver algo en este absurdo cambio los banqueros? No me extrañaría. Además, un Jesús que denunció abiertamente la codicia, la usura y la avaricia de los ricos. Estoy seguro, que si Jesús viviera estaría en la PAH y hubiera ocupado esta entidad financiera, al igual que otras. De todas formas, le puse una pegatina de “En el Nombre de Dios basta ya de desahuciar a las familias” encima del belén.

Lo que hay que señalar también el hecho de que no se permitiera entrar comida ni agua ni utilizar los servicios como medio de presión para que abandonáramos el banco. Es una actitud ruin y mezquina. El hecho que a una persona con problemas de diabetes y que tenía un bajón de azúcar no se permitiera entrar comida adecuada muestra la inhumanidad.

Pasaba el tiempo, había cansancio, preocupación e incertidumbre, alguna tensión entre nosotros por tantas horas allí, esperando el desalojo policial. En efecto, sobre las once llegaron las unidades de antidisturbios (UPR). Las personas del juzgado entraron nos indicaron que estábamos cometiendo un delito y nos pidieron que no ofreciéramos resistencia para salir porque suponía desobediencia a la autoridad judicial y pactamos la salida de una manera digna previa identificación. Simultáneamente hubo forcejeos fuera del banco porque había gente que se sentó en la puerta para impedir el acceso de la policía. Al final se produjo el desalojo, pero no fue una derrota, sino un triunfo de la lucha por la justicia y la solidaridad. Es el triunfo de que hay gente que quiere luchar por su vivienda, por el derecho de la vivienda de sus compañeros. Es el triunfo de personas y colectivos que luchan por un mundo mejor y más humano, que utilizando la desobediencia civil no violenta se enfrenta a los poderosos que quieren mercantilizar la vida humana y convertirnos en meras cifras. A pesar del tremendo cansancio físico, psicológico y emocional, seguimos luchando con la gente porque esta vida nos pertenece a todos y tenemos el derecho a ser felices. Sí se puede.