Por HOAC DE MURCIA / Cada vez que se acerca el 1º de Mayo nos vienen a la cabeza los accidentes de trabajo que, contándose en decenas de miles sólo en nuestra Región de Murcia, afectan a trabajadores y trabajadoras y sus entornos. Y nos repetimos, como un mantra, que la Vida es el fin y el Trabajo el medio. El actual panorama laboral nos obliga a profundizar en esta reflexión, puesto que quienes deciden qué, cuándo, cuánto y cómo se trabaja en nuestro país no comparten esta visión de que LA PERSONA ES LO PRIMERO, y va muy por delante a los beneficios económicos.

Es una realidad que empezamos a darnos cuenta de que no sólo nos afectan los accidentes de trabajo: también las políticas de prevención de enfermedades profesionales, instauradas en la mayoría de los casos en las empresas y administraciones de forma meramente legal, pero sin una cultura real de prevención detrás. Nos imponen jornadas de trabajo interminables ampliadas con horas extras, procedimientos de trabajo poco ergonómicos al servicio del empresario, relaciones psicosociales nocivas viciadas por la necesidad de quien realiza la tarea…
Es decir, un asombroso desgaste prematuro e indecente de nuestra Vida, nuestra energía vital, nuestra condición física y mental, las fuerzas de las que disponemos para ir al monte con nuestra familia, al cine, a pasear, o leer un libro en el sofá.

Por si la situación no fuera lo bastante compleja y dura, cada vez más nuestros políticos dejan toda nuestra salud en manos de empresas privadas, a nivel laboral representadas fiel y salvajemente por las MATEPSS (Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades profesionales de la Seguridad Social) y lideradas por empresarios de grandes marcas de fabricación de coches, postres lácteos, incluso miembros de la banca… Mutuas creadas por los jefes y pagadas por los jefes, sólo pueden obedecer a dos amos: a los jefes y al dinero. Y no se sabe muy bien en qué orden. Nuestra Vida, nuestra salud, se transforman en elementos de los que sacar un beneficio económico.

«¿En qué consiste mi crimen? En que he trabajado por el establecimiento de un sistema social donde sea imposible que mientras unos amontonan millones otros caen en la degradación y la miseria. Así como el agua y el aire son libres para todos, así la tierra y las invenciones de los hombres de ciencia deben ser utilizadas en beneficio de todos. Vuestras leyes están en oposición con las de la naturaleza, y mediante ellas robáis a las masas el derecho a la vida, la libertad, el bienestar».

Las palabras de George Engel en 1886, tipógrafo, obrero miembro de la AIT, ejecutado por la Revuelta de Haymarket mientras se luchaba por la jornada de 8 horas, siguen siendo objetivos anhelados hoy, y ponen de manifiesto la evolución de las políticas económicas y laborales de quienes se dicen nuestros representantes.

Ante toda esta indecencia nos queda nuestra Esperanza y nuestro Compromiso, nuestra posibilidad de transformar nuestro lugar de trabajo, ya sea desde dentro del mismo mediante la lucha activa y la organización obrera, como fuera de él con nuestras opciones de consumo, evitando, por ejemplo, comprar en almacenes donde nos envían nuestro producto un domingo pagando un sueldo totalmente injusto a un repartidor explotado.