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Por JUAN GARCÍA CASELLES / Todos coinciden en que pocas cosas le puede ofrecer Pedro a ERC en las conversaciones que se inician ahora, porque lo que piden son cosas que Pedro no les puede dar si no quiere dar con sus huesos en la cárcel y con su memoria en los libros de historia. Ni lo de la autodeterminación ni lo de la unilateralidad, ni lo de la independencia, ni la confederación, ni lo de la secesión, ni lo de la amnistía. Res de res.

Solo lo hay que declarar que Cataluña es una nación, algo de dinero y poco más. Así que las conversaciones con ERC no parecen tener buen fin. Pero le quedan a Pedro dos armas de mucho tronío.

Una es lo de los indultos, que es de mucha importancia para tanto jefe como hay en la cárcel o la promesa de modificar la legislación penal sobre la sedición y la correspondiente liberación de los hoy condenados y alguna cosilla más.

Pero su arma más poderosa es la de renunciar a la investidura y abstenerse en una investidura de Casado y Ciudadanos, pero sin VOX, eso sí, por el bien de la patria, Santiago y cierra España. Así que la elección de los indepes es solo la de elegir el mal menor. De esto no hablan ni los unos ni los otros porque todos saben que para una negociación no hace falta poner las pistolas encima de la mesa, pero sí es necesario que todos sepan quien las tiene.

No se trata de democracia, ni de luz y taquígrafos que pedía el otro día un portavoz del PP, sino de ponernos de acuerdo en quién tiene un tío guardia civil.