Domingo 12 de abril 2020 (Domingo de Resurrección) | (Mt 28, 1-10) Hechos 10, 34a.37-43; Salmo 117; Colosenses 3, 1-4; Juan 20, 1 -9.

Por JOSÉ LUIS BLEDA | Incluso con el coronavirus o covid-19, incluso encerrados en nuestras casas, incluso en estas condiciones no esperadas, que nos hacen sentirnos impotentes, frustrados, pequeños, nada…, incluso a nosotros, hoy, nos llega la Luz de la Pascua, una luz que se encendió en la tiniebla, que al principio brilló sola, pero que poco a poco va creciendo, se va transmitiendo, una luz que se enciende cada año, para renovar esperanza, ilusiones, alegría y vida, y una luz que también se ha encendido este año y nos llega, para iluminarnos, esperanzarnos, ilusionarnos, alegrarnos, y hacernos capaces, a pesar de todo, de gozar de la vida.

Como ya hice el pasado año, en este, junto a las lecturas dominicales, que todos los años son las mismas y presentan la Resurrección según el Evangelio de Juan, quiero también añadir algo de lo que aporta el Evangelio de Mateo, que se proclama en la Vigilia Pascual y que es el que corresponde al ciclo litúrgico A, que vivimos ese año. Ellas, las mujeres, en Mateo María Magdalena y la otra María, en Juan solo la Magdalena, iban al sepulcro, a buscar un cadáver, un cuerpo muerto, a terminar de embalsamarlo, de darle todo su cariño y amor, a terminar su duelo. Ellas como nosotros hoy, cada día, nos levantamos aceptando nuestra derrota, nuestros fracasos, y, muchas veces, con mucho amor, andamos buscando un muerto, un cadáver, sin esperanza de vida, lo que nos hace sufrir, y, sufrir mucho…. En la versión de Mateo, ellas ven como el ángel del Señor remueve la piedra, en la de Juan, María Magdalena se encuentra ya con la tumba abierta, no digo vacía, pues en Juan ella no entra, ni escucha a los ángeles, sino que sale corriendo… En Mateo, se les dice bien claro: el crucificado no está aquí, ha resucitado. No podemos encontrar al que vive entre los muertos, no podemos encontrar a Cristo en una tumba, y esa es la prueba que a lo largo de los siglos tenemos para creer en la Resurrección: la tumba está vacía. A Cristo tenemos que buscarlo en otro sitio, en el caso de Mateo en Galilea, en el caso de Juan en la comunidad de discípulos de creyentes…

¿Qué significa volver a Galilea? ¿Por qué hemos de correr hacia la comunidad? Todo comenzó en Galilea, así lo afirmaba Pedro en uno de sus discursos anunciando el Misterio de la Muerte y Resurrección de Cristo que nos presenta Lucas en los Hechos de los apóstoles: todo lo que se vivió en Galilea: la Encarnación, los milagros, las Bienaventuranzas,.. todo eso, es reafirmado por Dios, por el Padre, con la Resurrección de Cristo: Jesús no es un profeta más, no es sólo un rabino, un maestro que pasó haciendo el bien, ha resucitado, está vivo, y eso quiere decir que es posible vivir según las bienaventuranzas, que el vino mejor es el último, el que procede del agua (como en las bodas de Caná), que hacer el bien, preocuparte del otro, vivir en la caridad, tiene sentido, da sentido a la vida, y nos hace semejantes al Resucitado, el mismo que se transfiguró en el Tabor. Los que hemos tenido la suerte de peregrinar a Tierra Santa podemos no solo leer esto, sino recordar la experiencia, lo que hemos visto, meditado y celebrado en Galilea, y lo que vivimos también en Jerusalén, y unirlo al revés, en la peregrinación, lo normal, es empezar por Galilea, ir al Desierto y entrar en Jerusalén, ahora, con la Resurrección hagámoslo al revés, desde nuestra fe en la Resurrección acerquémonos como Jesús a los leprosos, cojos, lisiados, hemorroísas, muertos, y démosle vida, vivamos desde la fe las bienaventuranzas, la opción preferencial por los pobres… Vivamos desde la fe lo que nos toca vivir en estas circunstancias, siendo motivo de esperanza para los vecinos, atendiendo a los que están más solos (siempre lo han estado, pero a lo mejor no nos hemos dado cuenta porque no hemos tenido tiempo de sentir los pasos del vecino de arriba, del de abajo y del de al lado), con las medidas necesarias ayudemos a los mayores, pensemos en los demás, en lo que necesitan y ayudemos. Fijaos, hasta hace unos meses, en febrero, los ídolos de nuestras vidas eran futbolistas, deportistas, artistas, famosos,…, ahora nuestros héroes son el personal sanitario, las dependientas del supermercado,…; los inmigrantes nos sobraban, ahora nos hacen falta para trabajar en nuestros campos, incluso también en la Sanidad,… Ojalá, al salir de esta, como los discípulos cuando salieron de la crisis y del miedo tras la Muerte de Jesús, sepamos vernos todos como hermanos, hermanos que nos necesitan, hermanos a los que necesitamos. Por eso, el Evangelio de Juan nos remite a la comunidad: hacia ella corre la Magdalena, cuando descubre la tumba abierta, a ella regresarán Pedro y Juan, y en ella se aparecerá Jesús Resucitado.

Sobre el Evangelio de Juan, permitirme sólo volver a aludir al detalle que mencionaba en mi comentario de la Pasión de Juan, las vendas  y el sudario: en Juan el cadáver fue vendado por Nicodemo, las vendas estaban en la tumba vacía, y el sudario doblado en la cabecera: un ladrón no dobla el sudario, lo deja donde caiga, un ladrón no se entretiene en desvendar el cuerpo, se lo hubiese llevado con las vendas, por ello, tanto Juan como Pedro, cuando entran ven y creen. Es verdad que hoy, vivimos muchas situaciones de muerte y tumba, en nuestra vida, en nuestra realidad, pero no es menos cierto, que dentro de esas situaciones hay signos como el de las vendas o el de doblar en sudario para dejarlo a un lado, que nos invitan a creer. Desde aquí, doy las gracias a los que sois y vivís esos signos: voluntarios de Cáritas parroquiales que se exponen para llevar alimentos y lo que necesitan a muchas familias; quiénes trabajan en residencias de mayores, y no se han dado de baja, siguen con ellos, sabiendo lo vulnerables y expuestos que están,…., no tendría fin de tantos detalles, pequeños, insignificantes, que en medio del dolor, de la muerte y de la impotencia, nos invitan a creer en la Vida, en la Resurrección. Ojalá en este tiempo de Pascua, en medio de una cuarentena, sepamos dentro de la tumba Ver y Creer.

FELIZ PASCUA