Acción de gracias en la Eucaristía del 75 aniversario de la HOAC

Maru Megina, presidenta general de la HOAC, junto al Cardenal de Madrid, Carlos Osoro.

Por REDACCIÓN | Con la celebración de esta eucaristía concluimos la celebración oficial de nuestro 75 aniversario y lo hacemos dando gracias al Padre por todo lo vivido y expresado en las distintas diócesis durante este año en que hemos hecho memoria agradecida de un acontecimiento tan significativo.

Hoy queremos darle gracias al Padre recogiendo lo que nos dice el papa Francisco en el mensaje que con motivo de este 75 aniversario nos ha dirigido, en forma de prólogo al libro que publicaremos recogiendo la experiencia de estos años. En este texto, nos dice:

“Alegraos y regocijaos porque esa corta historia ha sido una historia fecunda, sembrada de vidas entregadas, de semillas de santidad en la vida cotidiana, a través de tantos santos y santas de la puerta de al lado que han vivido en la HOAC su encuentro con Jesucristo, su camino de conversión y su entrega, en la Iglesia, a la misión de anunciar el Evangelio con su vida”.

El Papa nos da las gracias por ser “memoriosos” y por nuestra fidelidad eclesial y apunta:

“Ustedes se saben Iglesia, se saben Acción Católica enviada por la Iglesia a la misión de evangelizar el mundo obrero, el mundo del trabajo. Una misión que es de toda la Iglesia. Sigan siendo esto”.

El papa señala que el trabajo… “es una dimensión irrenunciable de la vida social, ya que no sólo es un modo de ganarse el pan, sino también un cauce para el crecimiento personal, para establecer relaciones sanas, para expresarse a sí mismo, para compartir dones, para sentirse corresponsable en el perfeccionamiento del mundo, y en definitiva para vivir como pueblo”.

Por eso, nos pide que como Iglesia presente y encarnada en ese mundo del trabajo sigamos cuidando, “de los empobrecidos a causa de la incorrecta comprensión que nuestro mundo tiene del trabajo. Sigan cuidándolos, ayudando a la conversión integral que nuestro mundo necesita experimentar para una correcta comprensión del trabajo desde la sagrada dignidad de la persona”. Nos pide también que sigamos mirando al futuro “siendo Iglesia plantada en medio de la vida obrera, y sigan tejiendo historias de encarnación y de abrazo” … “La Iglesia sigue necesitando de hombres y mujeres que saben que su entrega es necesaria, aunque no vean el fruto; que su vida es sembrarse y desvivirse para que otros puedan vivir”.

Gracias queridos Obispos y queridos sacerdotes, representantes de movimientos y organizaciones sociales, sindicales, eclesiales, gracias queridos amigos y amigas, hermanos y hermanas porque con vuestro acompañamiento y cuidado nos sentimos también fortalecidos y fortalecidas y llamados a seguir en esta tarea.

Nos despedimos con Francisco que nos pone “ante el amoroso cuidado de María de Nazaret, mujer trabajadora, esposa de un trabajador, madre de un trabajador, capaz de fiarse plenamente de Dios, que hoy sigue alzando de la basura al pobre, hasta el punto de descubrir su amorosa acción liberadora en la historia, y cantar exultante su fidelidad”

Y como siempre, nos seguimos encontrando en la Iglesia y en el mundo del trabajo.

Un abrazo en Cristo obrero y ¡Hasta mañana en el altar!